lunes, 23 de noviembre de 2009

Estudian rutas históricas del Camino Real a Bolaños

Los arrieros del siglo XVIII y XIX dejaron estrías en la tierra desde Bolaños hasta Zacatecas

Vestigios de las primeras rutas comerciales en el Estado subsisten a pesar de que dejaron de funcionar a raíz de las nuevas carreteras

BOLAÑOS, JALISCO.- De tanto ir y venir, los arrieros del siglo XVIII y XIX dejaron estrías en la tierra desde Bolaños hasta Zacatecas. Ahí entroncaban con el Camino Real de Tierra Adentro (ruta histórica de más de dos mil kilómetros que se integró durante la colonia y que unía al centro del país con Santa Fe, Nuevo México, Estados Unidos) y giraban a la derecha para llevar la carga de plata hasta la Ciudad de México.

En 2004, el arquitecto del Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Jalisco, Cuauhtémoc de Regil, descubrió que los trazos de esta vereda seguían “bien armados”, por lo que decidió comenzar una investigación. La importancia de este estudio es que los caminos reales son de los aspectos menos estudiados en la región.

“Prácticamente no existen datos en Jalisco e incluso el Estado no ha sido tomado en cuenta en el proyecto binacional de rescate del trazo desde Tierra Adentro. Pero se les olvida que por aquí, en Ojuelos, estaba uno de los presidios más importantes que protegía la zona”, dice el arquitecto.

En la década de los 80, Cuauhtémoc de Regil recorrió el tramo que comienza en Bolaños y atraviesa los poblados de Mómax, Colotlán, Jerez, Malpaso y Zacatecas “y encontré gran cantidad de puentes, infraestructura y el empedrado que originalmente estaba en servicio en aquellos años.

De ahí surgió la idea original de comenzar a investigar”. Formalmente, hasta 2004 indagó en documentos y hasta 2008 el INAH otorgó recursos para el proyecto.

Los tramos eran “bastante amplios” y dejaron de funcionar a raíz de la nueva carretera, que se construyó de manera paralela al camino antiguo real, “de la misma forma en que se hicieron casi todos los caminos de este país, pues se basaban en la experiencia de estas rutas que eran las más cortas y fáciles de transitar.

Eran el cúmulo de experiencias y se trazaron con ese buen tino”, resalta el arquitecto.

La carretera actual sólo tiene algunas modificaciones del tramo original, ya que los autobuses no tienen el mismo radio de giro que carretas y caballos. “El asunto comencé a enriquecerlo con mucha literatura y por el hallazgo del proyecto binacional de rescate del camino real de Tierra Adentro, que vino a estimular la situación”.

El proyecto implica la identificación del trazo en planos geoposicionados.

Posteriormente, el arquitecto se trepará a una mula o a un caballo y realizará todo el recorrido, para identificar todos los monumentos arquitectónicos relacionados al camino, tomar fotografías, levantamientos y videograbaciones de “todo lo que se hacía antes, cuando transitaban por ahí; trataré de definir dónde se detenían, cuánto tiempo les llevaba hacer los recorridos y hacer una conexión con las cuestiones culturales que hay en la zona”.

De Regil relata que la vereda de Bolaños se construyó 200 años después que la del camino Tierra Adentro, que conectaba el norte con el centro de México.

“Se hizo para transportar toda la riqueza minera que llegó a tener el quinto de lugar de producción de plata en el país y ese camino tenía las características necesarias para garantizar la eficiencia del traslado de toda la extracción minera”, que se iba a la Ciudad de México, luego a Veracruz, de ahí a La Habana (Cuba) y su destino final era Sevilla (España).

El arriero, personaje central de los trayectos


El camino atraviesa barrancas, arroyos y superficies abruptas, por lo que se tuvieron que construir puentes como el de Totatiche y Mómax, que son dos ejemplos de arquitectura de bastante “calidad”, pues todavía siguen en uso.

Los trayectos se realizaban con el conocimiento empírico de los españoles que encabezaban los trabajos y los mexicanos que ejecutaban las obras. Y aunque había manuales, eran “muy básicos, si acaso se referían a los tratados de arquitectura o de historia antigua, pero no tenían mucha información técnica”, comenta el investigador del INAH.

Por otro lado, recuerda que otro elemento a rescatar es el sistema de organización de carretas, del transporte de gente, pues los caminos funcionaron hasta el siglo XX, antes de que se convirtieran en pisos para automóviles. “Había pleitos entre las compañías de carretas, contratos de transporte y miles de historias de los arrieros, que eran los personajes centrales de estos lugares, porque son como el equivalente a los traileros. Tenían sus mismas consejas (leyendas), como el de la mujer de blanco que pide un aventón a los camioneros, que se subía, que tenían aventuras eróticas con ellas y luego desaparecía. Es lo mismo que en aquellas épocas”, explica.

Los tramos que recorrían normalmente eran de más de 40 kilómetros, pero era variable, dependiendo la temporada del año. “En general, los carreteros y arrieros eran dueños de 30 ó 40 mulas que cargaban de plata y vámonos… pero luego también los asaltaban, se desbarrancaban y había gran cantidad de cosas que se pueden encontrar”.

Existe otra incógnita. ¿Cuántos pueblos se fundaron a raíz de la extracción minera? “Es probable que algunos ya existían y el camino se trazó para llegar a ellos y así abastecerse, porque tenían que llegar por provisiones para aguantar tanto ellos como los caballos. Era toda una estructura muy bien organizada que recogió la experiencia de Tierra Adentro. Bolaños explotó su plata con conocimiento de cómo defenderse de los peligros de los caminos y en una zona que aún en esas fechas no estaba totalmente pacificada”.

Este tramo es muy similar al resto de caminos reales que existían en siglos pasados. La única diferencia, en palabras del arquitecto del INAH, es que se construyó con mayor perfección.

Hasta el momento, Cuauhtémoc de Regil ha avanzado en la investigación bibliográfica, recolección de testimonios de la población y reconocimiento de la zona. “Pero falta mi trayecto en mula, porque no es un trabajo académico de laboratorio o de gabinete, tengo que recorrerlo todo… no se trata de hacer un paseo por google earth, ¿verdad?”.

La idea es que el recorrido lo realice este año, pero depende de las fechas en que comience el temporal de lluvias. De tal suerte que en el año 2011 podría estar totalmente concluida la investigación.

CRÉDITOS: Informador Redacción / AMJC
Ago-02 10:03 hrs

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